Aunque esta terapia suele ser llevada a cabo por un profesional en un ambiente específico, tú también podrás recrearla en la comodidad de tu hogar. La clave para ello es contar con un área tranquila y cómoda, cuya temperatura sea templada, libre de ruidos y distracciones. Ponte cómodo, ya sea sentado, acostado o bien, en una posición en la que te sientas a gusto y relajado. Igualmente, podrás encender una vela o un incienso para favorecer la serenidad de la atmósfera.
Posteriormente, deberás sostener el cuenco a la altura del pecho y comenzar a tocar el instrumento. En este paso, es sumamente importante que sigas las siguientes indicaciones para hacerlo sonar correctamente:
▪El cuenco deberá estar posicionado sobre tu palma de tu mano izquierda.
▪La baqueta se sujeta por la mitad, y las puntas de los dedos deben estar apuntando hacia abajo.
▪Asegúrate de que el cuenco esté completamente limpio y no haya nada dentro de él, ya que puede verse afectada la melodía que se produzca.
▪Si la baqueta se usa en movimientos circulares sobre el borde del instrumento, la presión que se ejerza debe ser lo más uniforme posible todo el tiempo.
▪Los golpes de la baqueta al cuenco deben ser suaves.
Con cuidado, desplaza el cuenco mientras continúas tocándolo a la altura de tu frente. Después, posiciónalo en la zona de la garganta y posteriormente a la altura del pecho. Luego muévelo a la región del abdomen y finalmente a la pelvis.
Es importante tener en mente que esta terapia requiere delicadeza, y es mediante la práctica frecuente que podrás perfeccionarla.
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